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El fin de las actualizaciones de Windows 10: un punto de inflexión para las empresas

Microsoft ha anunciado oficialmente el fin del soporte para Windows10 a partir del 14 de octubre de 2025. Esto significa que, a partir de esa fecha, el sistema operativo dejará de recibir actualizaciones de seguridad, parches de errores y mejoras funcionales. Este cambio tiene implicaciones significativas para las empresas, especialmente aquellas que aún dependen de Windows 10 como base de su infraestructura tecnológica.

¿Qué implica el fin de soporte para las empresas?

El fin de las actualizaciones de windows 10 no significa que Windows 10 dejará de funcionar, pero sí que será más vulnerable a amenazas de seguridad. Las empresas que continúen utilizando este sistema operativo después de la fecha límite se exponen a:

  • Riesgos de seguridad aumentados debido a la falta de parches.
  • Incompatibilidad con software nuevo o actualizaciones de programas existentes.
  • Mayor dificultad para cumplir con normativas de seguridad y protección de datos.
  • Costes adicionales por soporte extendido o servicios de terceros para mitigar vulnerabilidades.

Opciones disponibles para las empresas

Ante este escenario, las empresas tienen varias alternativas:

1. Actualizar a Windows 11

La opción más directa es actualizar los dispositivos compatibles a Windows 11. Este sistema operativo, lanzado en octubre de 2021, ofrece mejoras de rendimiento, seguridad y una interfaz más moderna y productiva.

2. Comprar nuevos equipos

Dado que Windows 11 tiene requisitos de hardware específicos, muchas empresas podrían descubrir que sus dispositivos actuales no son compatibles. En este caso, la renovación del parque informático es inevitable.

3. Contratar soporte extendido (ESU)

Microsoft podría ofrecer, como ha hecho en versiones anteriores, un programa de actualizaciones de seguridad extendidas (Extended Security Updates – ESU) para las organizaciones que necesiten más tiempo para migrar. Este soporte será de pago y limitado en el tiempo.

4. Migrar a soluciones alternativas

En algunos casos, empresas que no puedan o no quieran actualizar a Windows 11 podrían considerar sistemas operativos alternativos, como distribuciones de Linux adaptadas para el entorno corporativo.

Cómo comprobar la compatibilidad con Windows 11

Uno de los requisitos más comentados de Windows 11 es la presencia del chip de seguridad TPM 2.0 (Trusted Platform Module), además de un procesador compatible y al menos 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento.

Pasos para comprobar la compatibilidad:

  1. Usar la herramienta de Microsoft: La aplicación «PC Health Check» (Comprobación de estado del PC) es la forma más sencilla de saber si un dispositivo puede ejecutar Windows 11. Está disponible para descarga gratuita en el sitio oficial de Microsoft.
  2. Verificar el chip TPM:
    • Pulsa Win + R y escribe tpm.msc. Esto abrirá la consola de gestión del TPM.
    • En la ventana que se abre, revisa la versión del TPM. Si es 2.0, el equipo cumple con este requisito.
  3. Consultar especificaciones del sistema:
    • Accede a «Configuración» > «Sistema» > «Acerca de» para verificar el modelo de procesador y cantidad de RAM.
    • Microsoft mantiene una lista de procesadores compatibles que se puede consultar online.

Consideraciones finales

La transición hacia Windows 11 representa una oportunidad para las empresas de modernizar su infraestructura tecnológica, mejorar la seguridad y adoptar herramientas más modernas. Sin embargo, también supone un desafío logístico y financiero.

Es fundamental que las empresas comiencen a planificar desde ya, evaluando su inventario de hardware, presupuesto disponible y cronograma de migración. Aquellas que posterguen la decisión podrían encontrarse con problemas de compatibilidad y mayores costes a corto plazo.

El fin de Windows 10 no es simplemente el cierre de una etapa, sino una llamada a la acción. Prepararse a tiempo marcará la diferencia entre una transición fluida y un escenario de crisis tecnológica.

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